No
hay nada más agradable que sentirse uno como en casa. No hay nada
más agradable que echarse por encima una mantita, acomodar el cojín
y relajarse con la lectura de un buen libro entre las manos. Si esa
situación motiva y fomenta a la lectura en casa ¿por qué no
llevarla a clase?
Pues
sí, ¡eso es lo que he hecho! no puedo permitir que mis alumnos
estén sentados derechos en sus sillas mientras un lee en voz alta y
los demás en silencio. Para mí eso es deprimente y más que
invitar a leer, invita a desconectar y pensar en el tiempo que queda
hasta que toque.
Y
como yo quiero que lean con fluidez, de manera comprensiva, que
adquieran un buen hábito lector, que les guste leer… he salido de
las cuatro paredes de la clase y con la mantita y los cojines nos
vamos al “El rincón del cuento”. Sentados, tumbados, apoyados en
la pared, a un compañero… cada uno como quiera, como se sientan
cómodos, yo solo quiero que pasen y lean.
Y
así es como leemos Manolito Gafotas, mediante una lectura
compartida, de una manera relajada, sin estrés y sin posturas
obligadas.
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